2009-12-10

Crónica de un encarcelamiento frustrado o Cómo me convertí en prófugo de la justicia austro-húngara.

Todo empieza en Budapest, cuando visitábamos el Bastión de los pescadores…

La vista de la ciudad es preciosa desde ahí, y antes de que pudiera seguir tomando fotos, el canto de algún pájaro llamó mi atención, me acerqué a un señor que tenía una caja de cartón a su lado de donde asumí que venia el sonido y me incliné para ver que había dentro, mi sorpresa fue que no había ni pájaro ni nada, el señor ahí parado imitó mi movimiento asomándose a la caja, regresándome una mirada de despiste. Seguí caminando un poco y lo volví a escuchar, asombrado, me di cuenta que era el señor que hacia un ruido idéntico al de algún pájaro y le pregunté que como lo hacía, y pues resulta que usaba una especie de silbatito, producto que vendía por 1 Euro. Me cayó muy en gracia y le compré uno. Ahí mismo me enseñó a usarlo, maniobra bastante difícil que consiste en pegar el silbatito al paladar y decir “TH”. Practiqué todo ese día y el siguiente hasta que lo máximo que logré se parecía a un cuervo agonizando.

El autobus salió temprano y después de un tiempo, cruzamos la frontera para entrar a territorio austriaco y hacer una breve parada.

Todos estaban dentro de la tienda comprando café o algún bizcocho pues afuera hacia mucho viento. Yo salí a practicar mi recién adquirida habilidad en idioma pájaro y caminé para ver la vista. A los pocos minutos, aparecen 2 militares, cada uno sujetando con las dos manos un rifle de alto calibre y mira telescópica. Pronuncian algo ininteligible seguramente en húngaro y a mi cara de –what- responden en inglés con un tono nada amigable:


-Your passport.
-I don’t have it with me. (Estaba en el autobus)
-Why?,Where is it?

Ahora imagínenme de barba ligeramente crecida con mochila, gorro y cámara, ah y por supuesto haciendo ruidos raros en la mitad del campo. Y mi respuesta fue:

-My mother has it.

Por un momento la respuesta sorprendió a mis interrogadores y un poco dudosos me preguntaron:

-And wheres is your mother?
-Over there, in the store.
-Go get your passport and bring it to us.

A lo que respondí con un despreocupado y cantarín Ok.
Toda la conversación no incluyó de su parte ni un –hello-, -please-, o –thank you- aunado a un acento de orden militar.

Llegué a la tiendita y le cuento a mis hermanos y mamá, para entonces ellos aseguran que llegué pálido y nerviosito. Le preguntamos a la guía del grupo que qué debíamos hacer y nos dijo que no les hiciéramos caso, que ya pasada la frontera no tenían porque pedirme el pasaporte otra vez y que seguramente sus intenciones eran maliciosas.

Me dice mi mamá,

-Tu quédate aquí y no salgas hasta que todos nos vayamos al autobus, yo voy aquí a la vuelta a cambiar estas moneditas que me quedan.

Después de un momento la guía se arranca hacía el autobus con algunos y Sofia me dice -¡vámonos ahorita!, cualquier cosa le hablamos a Ileana y ella nos ayuda.

Salimos Pato Sofia y yo caminando a paso veloz pero disimulado y llegamos al autobus, un poco después llega Má y me dice que los vio y que sin duda me estaban buscando. Todavía no se subían todos al autobus y al cabo de unos minutos los vimos, parecían como tiburones o algún ave de rapiña, caminando volteando en todas direcciones, asomándose debajo de los trailers e inspeccionando por fuera los camiones que estaban ahí, antes de comentar nada, ya estaban viendo hacia acá y sofia se recargo en el vidrio para tapar la vista y dizque platicar de algo. Por un momento sentí que el régimen comunista seguía en pie y me estaba escapando de algún lado.

Los perdimos de vista y un poco después vimos que ahora se habían subido a una torrecita también de tipo militar y escrutaban el área con binoculares.

Finalmente el autobus arrancó y pues como quien diría, -me les escapé-, a juzgar por sus expresiones, me han de seguir buscando a la fecha.

Ya de regreso en México platicando con un amigo del extraño suceso, me dijo que el aparatito que usé para hacer esos sonidos se ha usado en varias guerras y operaciones para comunicarse sin tener que hablar, una especie de chiflido camuflajeado. Muy probablemente uno de ellos lo reconoció.

No hay comentarios: